La nueva comunidad energética de Grau, a la que podrán conectarse en dos kilómetros a la redonda, está a la espera de una ayuda para instalar las placas solares en La Cardosa

L. S. Naveros/ Grau
Cinco amigos, un tejado orientado al Sur (en esta ocasión, prestado por la Cerrajería Rufino, en La Cardosa) y ya están los mimbres para la primera comunidad energética de Grau. Muy vinculada a la Fundación Vital (cuatro de los cinco miembros de la comunidad son a la vez patronos de la Fundación, que lleva años explorando las alternativas ecológicas a la generación de energía), y con el asesoramiento de Asturenerxía, la comunidad de energía moscona creará kilovatios para los miembros, siempre que estén en un radio de 2 kilómetros del centro productor. «Parece difícil de entender, pero es así: se podrá comprar un kilovatio, por ejemplo, y tenerlo en propiedad para toda la vida, de forma que se te descuente de la factura eléctrica», señala Gerardo Alonso, uno de los impulsores. Una comunidad energética es una asociación sin ánimo de lucro que genera energía con fuentes renovables. «Abarata los costes, ya que el peaje por el uso de las redes es más barato, y al servirse localmente se evitan las pérdidas que ocasiona el traslado de energía a larga distancia. La idea es producir energía, que se vierte a la red, y si formas parte de la comunidad, lo que hayas adquirido se descuenta de tu factura, y si has consumido menos, esos créditos se guardan para futuros consumos», explica Gerardo Alonso, que anima a los moscones a acercarse e informarse, «estamos abiertos a la incorporación de socios». Ahora están a la espera de que el IDAE les conceda la subvención para hacer la instalación de las placas, «la idea es que la producción de kilovatios sea lo más barata posible, para poder poner precios interesantes. Lo más importante de una iniciativa así es sobre todo la autonomía, la libertad que te da como consumidor. En un contexto como el actual, en el que la Unión Europea está animando a los ciudadanos a tener un kit de supervivencia para 72 horas, ser el dueño y el productor de tu propia energía es ser más libre». Los cinco convencidos que forman parte de la comunidad energética moscona lo tienen claro, llevan ya años de trámites y están a punto de lograrlo
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