“Da igual la época; las personas nos movemos siempre por lo mismo”

La escritora tevergana Geli Rodríguez presenta su obra este viernes, a las 18 horas en Casa Fuente y CIA en Trubia

Geli Rodríguez con su última novela / P. B.

Patricia F. Bermejo/ Teverga

Geli Rodríguez, tevergana de pro, es una de esas personas que cuando la conoces bien te “engancha”, no sabes si más o menos que sus novelas, porque tiene un carácter, un talante, una cercanía, una sencillez y una alegría vital que hace que interactuar con ella sea siempre un gustazo. Ya fue para mí un placer entrevistarla el pasado año por la publicación de La casa Moure y lo es, de nuevo, hacerlo hoy por su nueva novela, Heridas profundas, que acaba de ver la luz y tengo que confesar que para mí es mi favorita de las tres suyas esto significa que se supera cada día como escritora y ya ha alcanzado esa categoría que bien llaman “novelista consagrada” ¡y con creces!.
En Heridas profundas se narra la vida de Irene, una rica heredera a punto de casarse a la que su futuro esposo renuncia por sorpresa el mismo día de la boda y le hace llegar una carta dejándola plantada vestida de blanco. Desde aquel día infausto descubrirá de sí misma lo fuerte que es. Enfrentándose a un abismo de incertidumbre y caos que se abrió ante ella de un día para otro. ¿Puede una boda frustrada malograr una vida?, ¿deberá abandonar sus sueños o todavía está a tiempo para no darlo todo por perdido? Y todo esto se desarrolla entre Madrid y Asturias en la España de 1912.
Geli, otra vez una mujer protagonista de Heridas profundas ¿Siempre mujeres?
-Digamos que me siento cómoda hablando sobre mujeres. A fin de cuentas, es mi género.
¿Cómo concebiste la idea y la trama de esta tercera novela? ¿Qué te llevó a pensar en Irene?.
-Hay muchas Irenes, a las que un gran desengaño deja tocadas, que no hundidas, aunque pudiera ser. Mi protagonista, aunque en un principio no lo parezca, saca fuerzas de flaqueza para salir adelante.
Imposible reflejar mejor el contraste entre la vida urbana en Madrid y la rural en Asturias, la Asturias profunda de nuevo. ¿Lo has hecho a posta?.

-Sí, sin duda. Me da mucho juego sacar a la protagonista de su entorno seguro y cómodo, para llevarla a un mundo arcaico, donde las condiciones de vida las marca la geografía, el clima y la dureza de la tierra.
-1912 sí, pero ¿esa Irene podría ser cualquiera de nosotras hoy en día, verdad?
-Las mujeres hoy en día, tenemos más poder de decisión sobre nuestra propia persona. Pero, nadie está libre de sufrir un desengaño, y, dependiendo de la capacidad de cada una, será más fácil sobreponerse, o no.
-¿Cortinal?, ¿Teverga sí o Teverga no?

-Cortinal es un lugar ficticio, pero que está en un lugar muy parecido a Teverga.
-Don Matías ¿padre ejemplar o quizás mejor heredero y empresario ejemplar que tardó en ver la realidad?
Don Matías es un industrial de su época. Quizá su dedicación al trabajo y un cierto grado de vanidad, por querer para su hija un título nobiliario, lo cegaron demasiado.
-Amalia y Manuela: una relación entre hermanas que no podría tener otro final (que no vamos a desvelar) marcada la envidia, los celos, el rencor y la maldad de la primera hacia la segunda, ¿común en la Asturias rural y en los pueblos pequeños?¿Pueblo pequeño, infierno grande?
-Cierto. Además, la enemistad entre familias suele ser más enconada y desgastar el doble, que si se da con quienes no nos unen lazos de sangre. La afrenta de un allegado, en este caso una hermana, duele mucho más que la de cualquier hijo de vecino.
-La huida de Eduardo Garay por su condición sexual y los años que la estuvo manteniendo en secreto crees que es algo que aún puede darse en nuestros tiempos? Aún vivimos en una sociedad dónde ciertos sectores te estigmatizan por tu condición sexual?
-Todavía se discrimina por orientación sexual. No olvidemos que hay unos cuantos países donde ser homosexual es delito y pueden condenarte a muerte por ello.
-¿En qué casona asturiana te inspiraste para plasmar la casona de Amalia?
-Hay por Teverga unas cuantas que me inspiran mucho.
-Nardo en Irene : ¿fue el hechizo de la noche de San Juan o fue el destino contra el que no se puede luchar, aunque se trate de la rica heredera y para él su tercer …?
-Creo que hay personas que se atraen irremediablemente. Eso pasó con Nardo e Irene; pese a los obstáculos, su mutua atracción fue más fuerte.
-Madrid, La Verbena de La Paloma en el Teatro de La Zarzuela. ¿Te das cuenta cómo no ha cambiado tanto el mundo entre principios de 1900 y hoy mismo?
-En lo esencial, creo que las personas nos seguimos moviendo por los mismos sentimientos que hace siglos; el amor, el odio, la avaricia… Pero, indudablemente, el mundo ha experimentado grandes cambios en los últimos años, sobre todo tecnológicos, que inciden en la vida y las costumbres de la gente.
-Brutal la frase de «mamita» a Irene: «Ningún hombre quiere una mujer mustia en su vida». Esto es real como la vida misma ¿no?, pero tampoco a la inversa ¿verdad?
-Creo que sí. A la mayoría nos atraen las personas vitales, alegres y con talante positivo para enfrentar la vida.
-Geli, me he leído y me se tus tres novelas al dedillo y esta es para mí la mejor y mi preferida, quizás porque te superas cada día. ¿Tendremos otra el próximo año?
-Lo sé. Los lectores, en cuanto terminan de leer la novela, me preguntan ¿para cuándo la siguiente? No se dan cuenta que escribir doscientas páginas, por ejemplo, lleva mucho tiempo y dedicación.
-¿De dónde sacas las horas?, ¿cómo puedes compaginar tu trabajo, tu profesión, con tu vocación de escritora?
-Hay veces que me gustaría estirar el tiempo, porque los días se me van volando. Escribir requiere de tiempo en soledad, por lo menos en mi caso, y no siempre se saca. Pero, con un poco de voluntad y organización, voy sacando algunas horas al día para sentarme a escribir.
-¿Qué tal si le dedicamos Heridas profundas a todas las Irenes del mundo quizás porque de un modo u otro todas las mujeres hemos sufrido algún desengaño y lo hemos superado?
-La dedico a todas las personas, sean mujeres u hombres, porque indistintamente del sexo, todos somos susceptibles de ser heridos. No en vano todos tenemos corazón y alma, que es donde se sienten más profundas las heridas, esas que nos marcan sin cicatrices visibles. Sanar el alma, la mayoría de las veces, es mucho más difícil que sanar cualquier otra parte del cuerpo.
Geli, gracias por concederme esta entrevista, gracias por todo lo que haces por la mujer rural y por la cultura en nuestros pueblos, pues es la lectura la que nos lleva a la cultura, no dejes nunca de seguir escribiendo así.

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