El transporte asturiano cierra filas ante el peaje del Huerna

El peaje del Huerna continúa siendo uno de los grandes obstáculos para la competitividad del transporte de mercancías en la región

El peaje del Huerna, en la autopista AP-66 que conecta Asturias con León, ha sido objeto de controversia durante las últimas semanas. El peaje, activo desde 1983, es uno de los más costosos del país, con tarifas que superan los 15 euros por trayecto para turismos y que tienen un coste aún más elevado para vehículos pesados. El peaje del Huerna es objeto de fuertes críticas por los frecuentes atascos, cortes y obras en los túneles, que en ocasiones obligan a circular a baja velocidad pese al alto precio del trayecto.

Organizaciones empresariales y asociaciones de transporte, muchas de ellas que usan los servicios de flota y conectividad, advierten que la situación va más allá de los intereses particulares, ya que afecta directamente a sectores clave regionales como el industrial, el agroalimentario o el logístico, que dependen del transporte por autopista para conectar con el resto del país. Cada viaje supone un gasto añadido que, en el caso de los vehículos pesados, puede llegar hasta los 4.000 euros anuales por camión, una cifra que tiene un impacto directo en los presupuestos de las compañías y en los precios finales de los productos.

La polémica se reabre después de que el Ministerio de Transportes mantenga la prórroga de la concesión del peaje hasta 2050 sin un nuevo concurso público. El Gobierno del Principado ya ha reclamado en reiteradas ocasiones la eliminación del peaje, argumentando que la infraestructura se amortizó hace décadas y que su continuidad perjudica sobre todo la economía regional. Considera que el peaje es un gran impedimento para la cohesión territorial y tacha de ilegal dicha prórroga. La Unión Europea también ha mostrado su disconformidad ante la prórroga y la falta de concurso público.

De no haber peaje, el dinero ahorrado podría invertirse en la mejora de la productividad y el desarrollo de nuevas iniciativas logísticas y de innovación tecnológica, pero mientras no haya cambios estructurales, el transporte sigue siendo uno de los principales desafíos para la economía regional.

Mientras el debate continúa, la ciudadanía se moviliza en las calles para reclamar soluciones. Colectivos vecinales, plataformas sociales y asociaciones de transportistas exigen la supresión del peaje y piden una movilidad más justa que no ponga en desventaja a Asturias frente a otras comunidades. Los manifestantes sostienen que el peaje del Huerna no solo encarece el transporte, sino que también limita las oportunidades laborales y turísticas de Asturias.

Más de cuatro décadas después de su inauguración, el peaje del Huerna sigue siendo símbolo de las dificultades para conciliar las necesidades de movilidad, la rentabilidad de las infraestructuras y la cohesión territorial del norte de España. En este contexto, la presión social continúa creciendo, y distintos colectivos preparan nuevas movilizaciones para los próximos meses. Las instituciones, por su parte, estudian fórmulas para aliviar el coste a los usuarios y evitar que el Huerna siga siendo un obstáculo para el desarrollo económico asturiano.

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