Publicado el: 01 Jul 2023

Elogios y praliné

Luis G. Donate

Bienvenidos todos, un mes más, a este nuestro humilde rincón. Siempre os doy la bienvenida del mismo modo, pero creo firmemente en aquello de “Si no está roto, no lo arregles”. En fin, aclarado eso, tomad asiento, traigo algo interesante que contaros y espero de corazón que os guste.

Ya estamos en verano, eso no se le escapa a nadie. Pero la cuestión es ¿qué define al verano? Si me echase a los caminos y empezase a preguntar esto a los viandantes, cual periodista ávido de salseo para rellenar los últimos instantes de un informativo, obtendría una amplia gama de respuestas. Y es que para cada uno, el verano se compone de cosas muy distintas, así que hoy quisiera hablaros de una de las mías. Para este vuestro humilde escriba, el verano viene dentro de una caja de bombones belgas de praliné, de la casa Leónidas. Una caja que cada año llegaba traída por alguien que venía a pasar unos meses en la tierra en la que había nacido. La vida se compone de detalles y los recuerdos no son sino retazos de sensaciones que forman el corazón de una persona, como una colcha de retales. Vivámoslos mientras duren y recordémoslos a la hora de partir, que todo, incluso el verano, llega al final. El secreto está en hacer algo de provecho con ese tiempo. De modo que en cuanto me leáis, salid afuera y respirad hondo, tomaos algo o id a buscar unos bombones si, como pretendía, os he dado ganas. En este ultimo caso recordad siempre volver por la sombra, que con este calor se derriten enseguida.

Hasta aquí llega la disertación de este mes. Os pido disculpas si ha sonado críptico o caótico pero es que en esta ocasión, el artículo que acabáis de leer me ha brindado la oportunidad de ofrecer un sentido homenaje. Gracias, como siempre por leerme y hasta la próxima.

Deje su comentario

La Voz del Trubia