Publicado el: 03 Dic 2017

Una carrera que vale una nueva vida en Santullano

Sonia Pérez, farmacéutica de Las Regueras, llegó al municipio gracias a su participación en la San Silvestre Reguerana, que la ayudó a superar «un palo muy gordo» e iniciar su carrera como empresaria

 

Sonia Pérez, farmacéutica de Santullano, con el premio de tercera clasificada en la edición de la San Silvestre Reguerana de 2015.

Redacción/Grao

Nunca había estado en Santullano (Las Regueras) y vivía una etapa muy complicada en lo personal debido a la muerte de su padre unas semanas antes, “un palo muy duro e inesperado”. Pero Sonia Pérez, natural de Tapia de Casariego, Licenciada en Farmacia y Doctora en Químicas, que también buscaba un local en el que dar un giro a su carrera profesional y montar su propia empresa, se decidió a visitar la localidad. El cuerpo le pedía quedarse en casa, debido al peso que ejercían sobre sus piernas los frentes que tenía abiertos, pero unos amigos la convencieron para participar en la San Silvestre Reguerana de 2015, que la uniría al municipio para siempre.

“Me animé a correr por los críos y por mi marido”, cuenta Sonia Pérez, madre de dos niños y residente en Oviedo, tras recordar que de camino a la competición “nos perdimos, como todo el que va a Santullano por primera vez”. A pesar de la falta de entrenamiento y gracias a una personalidad “activa e inquieta” que la mantiene en forma, logró acabar en tercer puesto y volver a casa con un trofeo bajo el brazo. El deporte y la compañía la ayudaron a dejar de lado su complicada situación y pudo disfrutar, pese a todo, de “un día súper especial. Me fui a casa encantada”. Durante el recorrido, además, pasó frente a una farmacia en traspaso. La misma que regenta desde julio del año pasado.

“Estaba buscando local para abrir una farmacia y cuando me hablaron de la de Santullano, que ya había estado allí, lo interpreté como una señal, si no hubiera ido a correr igual no me hubiese decidido por ella”, relata Sonia Pérez, que tras echar números se decidió a quedarse el negocio: “Comprobé que todo encajaba bastante bien y la decisión fue inmediata”.

Desde entonces conduce cada día desde Oviedo, donde vive y van al colegio sus hijos, donde tiene su farmacia. En sus primeros viajes, además, llevaba en la luna trasera la “L” de los principiantes porque “tenía el carnet pero no solía llevar el coche”. Una situación por la recibió muchas bromas de unos vecinos que “se morían de la risa” al verla en carretera.

Este año, además, Sonia Pérez tiene intención de calzarse las zapatillas de nuevo y participar en la III San Silvestre Reguerana, en la que no ha vuelto competir desde aquella carrera que la acercó al pueblo en el que montaría después su negocio y en el que ha encajado perfectamente. “Me lo paso muy bien con la gente”, reconoce la farmacéutica.

El contacto con los vecinos, de hecho, es una de las facetas que han guiado una carrera profesional que tras terminar la carrera en Santiago de Compostela y el doctorado en Oviedo, parecía “enfocada a la investigación”. Pero cuando Sonia Pérez se puso a trabajar en el año 2.000 y tras pasar por varios mostradores en la capital del Principado, supo que lo suyo era la farmacia, porque “la parte humana es la más importante y la que más me gusta del trabajo”.

Un contacto que disfruta con los vecinos de Santullano, que han abrazado a una farmacéutica que llegó en un momento complicado para correr de forma anónima y ha terminado por convertirse en la gerente de la única farmacia de un pueblo en el que se siente como en casa.

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