En un plano datado en 1889 aparece dibujada en el barrio trubieco una zona con la denominación de «teatro», en la parte más cercana de la plazoleta
Toño Huerta / Trubia
Asociación por el Patrimonio Histórico Industrial de Trubia
Hace un tiempo celebrábamos el centenario del Círculo de Obreros de Trubia, más conocido como Teatro Casino Obrero; sobre tal efeméride e historia de este emblemático edificio ya escribimos diversas líneas. Pero como la historia es caprichosa, a nada que se rasque, siguen apareciendo nuevos datos, como el que tuvo a bien indicarme Valentín Álvarez, amigo y vecino al que tanto debemos en el conocimiento de nuestro pueblo. Hace un tiempo me pasó un plano en el que aparecía un dato curioso, la existencia de un teatro ya en el siglo XIX.
Desde mediados del siglo XIX, con Elorza en la dirección de la Fábrica de Armas, Junigro se convertiría en el centro neurálgico de Trubia, con su barrio obrero –el más antiguo de Asturias, por cierto– y diversos equipamientos que fueron apareciendo con el tiempo, desde el ya mencionado Casino, la plaza de abastos, la Gota de Leche, la cooperativa obrera o las escuelas, así como el comedor de obreros, instalación que tenía a su lado una casa de baños, otro dato que vio la luz gracias a Valentín y su perspicaz y curiosa mirada pero, sobre todo, a su generosidad a la hora de compartir estos datos, superando esas visiones, cada vez menos frecuentes, de presuntos eruditos que, en su concepción decimonónica del saber se guardan para sí los datos históricos como alimento de sus propios egos.
Como decíamos, en un plano fechado en 1889, aparece una parte de Junigro con la futura ubicación de un cuartel para Infantería, que sería proyectado ocupando la antigua Casa Cuartel de la Guardia Civil, situada junto a la entrada principal de la Fábrica de Armas; en este plano, en el bloque conocido como “del medio”, aparece una zona con la denominación de “teatro”.
Otro plano del mismo proyecto, este fechado en 1886, detalla las plantas de las dos posibles ubicaciones para ese nuevo cuartel, el ya mencionado de la Guardia Civil, donde definitivamente se instalaría, y el del teatro; en ambos casos, la capacidad sería para un pequeño destacamento de 20 hombres. A través de ese documento podemos saber que contaba con un escenario, patio de butacas, palco para oficiales, un despacho y el vestíbulo, todo ello situado en la manzana del medio, en su extremo más cercano a la Plazoleta –el lugar donde unas décadas después se instalaría la Gota de Leche–. De momento desconocemos la fecha exacta de su construcción, pero la podemos situar en una amplia horquilla que va desde 1861 hasta la fecha del proyecto de cuartel, dado que en ese primer año, donde estaba el teatro había instalada una escuela de niños. Esta ubicación no debió ser casual, es toda una declaración de intenciones el instalar un equipamiento cultural en pleno barrio obrero y accesible a todo el mundo.
No deja de llamar la atención la importancia que en Trubia siempre tuvo la cultura; cuando en octubre de 1918 se inaugura el Teatro Obrero mediante una representación teatral de la compañía itinerante Hermanos Enguídanos, resulta que cuatro décadas antes existía otra instalación, más modesta pero con el mismo fin. En pleno siglo XXI, echando la vista atrás, sí podemos decir que cualquier tiempo pasado fue mejor en lo que respecta a la relación de Trubia con la cultura.
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