Bigotes y vidas varias
Luis G. DONATE
Bienvenidos una vez más a este nuestro rincón de la tertulia y el pensamiento donde todo es posible y de donde nadie se marcha nunca indiferente. Si os place vamos a ello, hoy os traigo un asunto con garra. Hablemos de gatos, quien más, quien menos, todo el mundo los conoce, unos con buen recuerdo y otros con la marca de un zarpazo. Porque nuestros peludos aliados (digo bien, no fueron domesticados, se unieron a nosotros en igualdad de condiciones, incluso dirían que les servimos) son así desde el principio de los tiempos y no tienen intención de cambiar. Fueron adorados por los egipcios como deidades, para los marineros son un amuleto de buena suerte y algunas culturas creen que son espíritus que viven a medio camino entre la tierra de los vivos y los muertos. Muchas de estas ideas surgieron para explicar las increíbles capacidades de supervivencia que tienen, los científicos aseguran que su organismo está preparado para resistir condiciones de vida mucho más extremas que las de nuestro planeta. De ahí se comprende que los más fantasiosos hayan especulado que provienen de otra dimensión. En cualquier caso a mi parecer, son bastante «humanos»; en el sentido de que piensan por sí mismos, siendo solo complacientes si quieren, cosa que a veces puede llegar a desesperar.
Espero que este salpicón de datos gatunos os haga verlos de otro modo como le paso a este fan de los perros, otro día hablaremos de ellos, si las Musas quieren. Hasta la próxima, quedo a vuestro servicio.
