Page 4 - Maquetación 1

2 La Voz del Cubia
H asta mediados de la dé-
cada de los 70, con una
excelente fama y gran
prestigio más allá de
nuestras fronteras re-
gionales, el mercado de ganado vacuno
de Grao estaba considerado entre los
mejores de Asturias. Tradicionalmente,
desde tiempos inmemoriales, se venía
celebrando los miércoles, día que se
producía una gran transformación de la
villa. La actividad económica era ma-
nifiesta, notándose visiblemente en las
cuantiosas ventas de la hostelería y el
pequeño comercio. Además de los par-
ticipantes directos en el mercado y de
celebrarse paralelamente el de la huerta,
la enorme afluencia de público que se
observaba estos días se producía, entre
otros motivos, por la presencia de nu-
merosos curiosos que acudían a disfru-
tar del ambiente festivo y, de paso, para
Abril de 2021
53*#6/"
El día que cambió la historia del mercado moscón
ALFREDO F. HUERTA
informarse de la cotización del precio
de las reses. Asimismo, con la excusa
de la feria, había una costumbre muy
arraigada por entonces, era citarse con
los amigos de las aldeas vecinas para
charlar y, en muchas ocasiones, jugar
entre ellos una partida de cartas. Reme-
moro hasta cinco servicios especiales
de las compañías encargadas de traer
estos días a la villa viajeros del muni-
cipio y de toda la zona. Pese a tener la
mayor parte sus propias ferias locales,
acudían gentes de los concejos limítro-
fes de Salas, Candamo, Yernes y Ta-
meza y también de Las Regueras,
Belmonte, Somiedo, los del valle del
Trubia etc. En cierto modo, no solo era
de Grao, podría asegurarse que este
mercado de ganado era también el de
toda la comarca. No obstante, en esta
época se produjo un hecho transcen-
dental para su futuro. Desde el gobierno
de la nación se planteó la necesidad de
clasificar por categorías -comarcal o
nacional- los distintos mercados gana-
deros de España. En Asturias se dudó
otorgar la “nacional” entre Grao y Pola
de Siero. Recuerdo la celebración de
reuniones en el Ayuntamiento, presidi-
das por el entonces alcalde Luis Me-
néndez Rivaya, en las que se nos
informaba a ganaderos, tratantes, co-
merciantes, representantes de prensa,
etc., de las novedades que iban aconte-
ciendo y de las gestiones encaminadas
a lograr la ansiada categoría. Con el
paso de los días, tras estos encuentros,
el optimismo iba en aumento. Se pen-
saba que, además de la importante in-
fluencia de Grao en la comarca, al estar
más próximo que Pola de Siero a la
provincia de Lugo y al occidente de
Asturias, zonas tradicionalmente pro-
veedoras de un buen número de reses,
con aquellas carreteras tan sinuosas que
padecíamos, si el futuro mercado de ca-
tegoría nacional quedaba al fin ubicado
en la villa moscona, se acortaría signi-
ficativamente el tiempo de viaje desde
estos territorios. Por otra parte, las con-
diciones que se exigían para adaptar a
la posible nueva situación el antiguo re-
cinto ferial, ubicado en la parte de atrás
del parque de Arriba, en los terrenos
que hoy ocupan parcialmente la Ofi-
cina de Empleo y un albergue de pere-
grinos, eran factibles de realizar y
asumibles por el Ayuntamiento. Estas
circunstancias se consideraban deter-
minantes para alcanzar el deseado ob-
jetivo. Sin embargo, llegó la inesperada
mala noticia, fue una sorpresa mayús-
cula. El BOE de 17 de abril, de 1975,
publica un decreto que aprueba el Plan
Nacional de Mercados de Ganado,
otorgándole al de Grao la categoría...
¡solo comarcal!, un premio “de conso-
lación” que muchos consideraban in-
suficiente para su pervivencia. Por
desgracia el tiempo vino a dar la razón
a los que así pensaban. A partir esta
fecha, aunque se hicieron esfuerzos
para su salvación, construyéndose in-
cluso un nuevo recinto ferial, el mer-
cado de ganado quedó herido de
muerte y, tal como lo conocíamos, ya
forma parte de nuestra historia.