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Julio de 2022 La Voz del Trubia 29
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Abuelas: ¿reinas o esclavas?

Martina tiene 67 años y tres nietos y ella que su vida es buena, tiene un sentido y vale abuela; considera que se ha vuelto desinte-
misma dice que vive como una reina. Sus la pena continuar luchando. Se trata de con- resada, distraída y egoísta. Sin embargo,
nietos son sus ilusiones, su razón de vivir, seguir placeres interiores que no dependen de esta responsabilidad actúa como un factor
su mejor antidepresivo para evitar el «apa- estímulos externos o de otras personas: dis- de estrés muy potente en un momento de
gón emocional» frecuente en el proceso del frutar de un buen libro, oler un clavel, con- mayor vulnerabilidad y, en conclusión, su-
envejecimiento. Todos los días acude pun- templar el cielo azul, conversar, escuchar fren depresiones intensas. Cuidar a los nie-
tualmente a las 9,30 horas a llevar a sus nie- música, descansar y cultivar la amistad. Y tos en estas circunstancias es, sin duda, un
tos al colegio y los recoge con igual todo ello, debe de ser compatible con la de- predictor de trastornos depresivos. No es lo
puntualidad como un auténtico ritual. Pre- dicación a sus nietos, manteniendo un equi- mismo ayudar a los nietos que es deseable
viamente les levanta, les ayuda a vestirse, librio necesario para su bienestar emocional. y motivante que sustituir a los padres. El
les prepara el desayuno, les baña, les prepa- Síndrome de la abuela esclava peso de la responsabilidad actúa como una
rar sus mochilas y les arregla para llevarlos Martina, ha perdido lo más importante de losa insuperable capaz de alterar la salud de
a la parada del autobús escolar. Después du- su personalidad: su libertad para decidir qué las abuelas esclavas. Se trata de un sufri-
rante el día realiza otras actividades relacio- hacer con su tiempo. ¡Me falta la vida! miento crónico que induce un deterioro no-
nadas con los niños y con sus padres ¡Tengo tantas cosas que tragar! En fin, Mar- table de la calidad de vida. El estrés
(comidas, planchar, limpieza, compras, me- tina sufre un estrés crónico que se va agra- constante de Martina, disminuye la libera-
riendas, etc.). Su hija trabaja desde las ocho vando, que perdura en el tiempo y que ción de serotonina y aumenta sus niveles
de la mañana en un periódico y su yerno puede desembocar en el agotamiento o en de estradiol en sangre, la hormona del es-
pasa toda la semana fuera de casa trabajando el colapso; es decir, en el ‘síndrome de trés, disminuyendo sus defensas y empeo-
para una multinacional. Prácticamente no abuela esclava’. Su fortaleza física y psi- rando su salud. Además, el cansancio, los
ven a sus hijos. Su abuela se encarga de Amor de abuela / Mosca Rey cológica, empieza a declinar. No obstante, sofocos, los mareos, los hormigueos, la de-
todo: entretenerles, les apoya en las tareas de “reina” con la que ella se refería hace Martina niega que esté sometida a estrés, bilidad y el decaimiento hacen su aparición
escolares, vigila sus juegos, cuenta historias tiempo a su estado anímico, a su energía, a su aunque sabe que tiene demasiadas respon- de forma cada vez más intensa. Igual-
y cuentos, les da la cena y les acuesta. Este fuerza, a sus proyectos e ilusiones. Última- sabilidades porque cuida a sus nietos de mente, la ansiedad, la irritabilidad, la inca-
ritual, se repite al pie de la letra casi todos mente no tiene tiempo para nada, ni siquiera forma sistemática. Cree que puede con todo pacidad para concentrarse, el disconfort, la
los días, incluso los fines de semana. Cada para salir con sus amigas y disfrutar de sus y piensa que su malestar se debe a otra cosa. tristeza, el desánimo, los sentimientos de
vez más, esta ingente labor se intensifica de- partidas y excursiones. Tiene frecuentes ja- Ciertamente, estas abuelas olvidan sus pro- culpa y la falta de motivación se acentúan.
bido a las separaciones y a la custodia com- quecas. Nadie me comprende, no valgo nada. pias necesidades y asumen por imposición Es el momento de ayudar a estas abuelas,
partida. Y los abuelos sufren impotentes una ¡Hasta los más queridos me desprecian! ¿De (consciente o inconsciente) y por senti- de que sus familias entiendan que una
melancolía que les rompe el corazón y, por dónde sacaré fuerzas para continuar aten- miento de responsabilidad el cuidado de sus cosa es ayudar y otra sustituir, de que
eso, se entregan en cuerpo y alma al cui- diendo a mis nietos que tanto quiero? Carmen nietos (sobrecarga de responsabilidades). Al ellas también necesitan todo el cariño y,
dado, a los juegos y al cariño con sus nietos. escucha con impotencia a su amiga, ¡tal vez final el egoísmo de los hijos se impone y se por supuesto, divertirse. Es necesario pre-
Martina, últimamente ha tenido que hacerse sufra lo mismo! Y le espeta, ¿por qué no ha- bloquea el bienestar físico y emocional de venir este síndrome liberando a la abuela
cargo (¡una vez más!) de sus tres nietos; sus blas con tu hija? ¡Imposible! Mi hija no me las abuelas. Martina, altruistamente y sin re- esclava de tantas responsabilidades estre-
padres se iban de viaje a una reunión de ¡tra- entiende; todo el día con sus amigas, reunio- chistar cuida de sus nietos, dejando de lado santes, reconociendo sus límites físicos y
bajo! Hoy lunes, después de que marche el nes, fiestas, gimnasios y peluquerías. ¡No me sus verdaderas necesidades. Quizás tiene emocionales. Participando, por supuesto,
autobús escolar, toma un café con su amiga escucha! ¡Tengo miedo! Igual me contesta necesidad de sentirse útil en una sociedad en el cuidado y educación de sus nietos
Carmen. Con los ojos húmedos y cansados que no me preocupe, que se hará ella cargo que excluye o utiliza a los mayores. desde una posición de equilibrio en el que
le comenta que ya no tiene más fuerzas, que de todo, pero que no veré más a mis nietos. Pero ciertamente sus necesidades de con- lo más importante para su salud es la po-
últimamente se encuentra muy fatigada, Tengo miedo a crear una crisis familiar. versación, diversión, ocio y tiempo libre, de sibilidad de seguir realizándose como
triste, algo deprimida y, además, tiene que Tengo miedo a represalias familiares como compartir experiencias, de cariño, de tran- persona. En su ardua tarea (¡imprescindi-
tomar algún fármaco para conciliar el sueño. retirada del cariño, aislamiento, chantaje quilidad y sosiego, no son satisfechas, al ble!), tan solo requiere un poco de com-
La ansiedad, el mal humor y la irritabilidad emocional, etc. Además, Martina no tiene re- mismo tiempo que el desgaste por el cui- prensión, ternura, valoración, respeto y
han comenzado a hacer acto de presencia, cursos psicológicos ni medios necesarios dado, educación y atención de los niños, va gratitud y, todo ello, actúa como antídoto
especialmente, cuando sus nietos están en para enfrentarse a estas situaciones. Martina, minando su salud. Para los padres contar y jarabe para la felicidad. Sólo así, encon-
casa y se encuentra desbordada. no olvida que vivir significa querer (¡vaya si con este tipo de abuelas es la opción que traremos ese bienestar personal y fami-
lo hace!) y, especialmente, ser querida. Mar- más tranquilidad proporciona, además de liar, disfrutando «todos de todos» y ella
Impotencia tina, quiere disfrutar de la experiencia de ale- ser la más segura, cómoda y económica. entonces, seguramente se sentirá como
La conversación se desliza con un cierto tono gría, satisfacción y bienestar positivo, que le ¡La abuela siempre está disponible! La fa- una reina con el cariño insustituible y an-
triste y de impotencia, lejos de la sensación aportan sus nietos, convencida, además, de milia, no entiende esta situación de la gelical de sus nietos.

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