Publicado el: 31 Jul 2020

Los sindicatos temen «condiciones imposibles» en la nueva PAC

El Principado reivindicará el modelo asturiano de explotaciones familiares de carne y leche, que a juicio del consejero se ajusta a los requisitos «verdes» que exigirá la Unión Europea

El consejero, Alejandro Calvo, con los representantes de ASAJA, COAG y UCA

Redacción/Grado

Los sindicatos agrarios temen que la nueva Política Agraria Común exija «condiciones imposibles» que dejen fuera de las ayudas a los ganaderos y agricultores «que tengan que cerrar porque no sea rentable». Ayer, el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, se reunió con los representantes de COAG- Asturias, UCA y ASAJA, para presentarles el nuevo marco financiero y consensuar la postura que el Principado, junto a otras comunidades de la Cornisa Cantábrica, defenderá ante el Ministerio, para definir la posición que defenderá España en la negociación europea. José Ramón García Alba, ‘Pachón’, considera que ahora es cuando llega la auténtica pelea: «No es cuestión de si hay un recorte del 10 o del 12 por ciento en cada pilar, lo que nos preocupa es que se impongan unas condiciones imposibles de cumplir, que no sean rentables, y para muchos el recorte sea del 100 por cien, del cierre», resumió. El tratamiento de los purines, el mantenimiento de las superficies limpias, u otros requisitos que eleven los costes, asegura, podrían ahogar al sector.

Mercedes Cruzado, de COAG-Asturias, da por hecho que habrá una pérdida de capacidad adquisitiva, si como defiende el Principado la cuantía global de las ayudas será «similar». Será, señala, una «congelación» que supondrá, por la inflación, una pérdida de poder adquisitivo para un sector que trabaja «los 365 días del año y cada final de mes anda mirando si puede pagar todas las facturas». Para Mercedes Cruzado, lo esencial es que el dinero «vaya bien dirigido» a quien produce de verdad, y tiene en la agraria su principal fuente de ingresos. Las pequeñas y medianas explotaciones asturianas deberían estar bien posicionadas, señala Cruzado, ante una PAC que dará prioridad al manejo ecológico sostenible, «no a grandes explotaciones que son en realidad industriales». Los problemas del sector, sin embargo, siguen igual: poco margen de rentabilidad, competencia de productos de terceros países por acuerdos comerciales «en los que los agricultores somos moneda de cambio para otros sectores y siempre salimos perdiendo» y los problemas de la fauna salvaje.

El consejero Alejandro Calvo, informó a los sindicatos de la postura que defiende el Principado, que apuesta por el modelo de explotación familiar agraria. Respecto a las ayudas de la PAC, se ha mostrado partidario de que reconozcan el papel de las explotaciones familiares agrarias para transformar el sistema de producción y alcanzar los objetivos en materia de soberanía alimentaria, clima y medio ambiente. En este sentido, ha destacado que Asturias parte de una buena posición, puesto que el modelo de producción es medioambientalmente sostenible y está ligado a la actividad en zonas de  alta montaña y dentro de la Red Natura.

El Principado defiende, además, la inclusión de planes específicos y ecoesquemas, tanto para la ganadería extensiva como para el sector lácteo, una posición compartida por el resto de comunidades de la cornisa cantábrica.

El consejero ha abogado por disponer de medidas accesibles para todos los agricultores y ganaderos profesionales de Asturias y un plus de apoyo para el pastoreo extensivo, la mejora de la biodiversidad, la coexistencia con grandes carnívoros, fijación de CO2, rotaciones de cultivos, gestión de residuos, eficiencia energética y ahorro de agua.

El modelo que respalda Asturias está alineado con algunas de las estrategias del Pacto Verde Europeo, como De la granja a la mesa y la de Biodiversidad, que plantean objetivos de sostenibilidad global, así como la compatibilidad del aprovechamiento de los recursos naturales con la conservación de los valores ambientales. En este esquema se enmarca el impulso a la figura del agricultor genuino, que vive y trabaja en el medio rural, lo que supone un impulso al modelo de explotación agroganadera familiar y sostenible de la cornisa cantábrica.

También se ha planteado el establecimiento del capping o techos de ayudas que permitan obtener recursos adicionales para distribuir entre las pequeñas explotaciones. “Con ello defendemos a los verdaderos profesionales, los agricultores y ganaderos deben ser los destinatarios de estas ayudas a la renta”, ha señalado Calvo.

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