Costureras, ganaderas, madres: las mujeres de los Valles del Trubia cuentan su historia

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Enedina de Teverga, Lola de Trubia, Isabel de Proaza, Manuela de Quirós y Manolita de Las Caldas, relataron a los escolares de los colegios de Proaza, Quirós y Teverga sus historias de vida

Isabel, Manuela, Lola, Manolita y Enedina, cinco mujeres luchadoras y trabajadoras que han enviado sus testimonios a los niños y niñas de Proaza, Quirós y Teverga

Redacción/Trubia

Cinco mujeres de los concejos de los Valles del Trubia (Enedina de Teverga, Lola de Trubia, Isabel de Proaza, Manuela de Quirós y Manolita de Las Caldas), usuarias del centro de día de Proaza, entre los 80 y los 92 años, han contado sus historias de vida a los escolares de los colegios de Proaza, Quirós y Teverga, con motivo de la celebración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer. Son historias de trabajo y lucha en un mundo muy distinto al de las niñas de hoy. Las mujeres que han hecho llegar su testimonio a los escolares de los Valles fueron costureras, ganaderas, trabajadoras del servicio doméstico, y también muchas de ellas madres, trabajando para sus familias, «pues las mujeres siempre han tenido doble trabajo, dentro y fuera de casa. Eran trabajos duros, en tiempos de escasez, y con poco o ningún reconocimiento para ellas». destaca Bárbara García, del centro de día proacín. Las historias se recopilaron en unos cuadernos, confeccionados para la ocasión, que fueron llenándose de las vivencias, anécdotas, sueños, y consejos de las cinco mujeres, que sobre todo animaron a los niños y niñas a estudiar «para ser en la vida lo que queráis, en igualdad».

La actividad, la primera intergeneracional en la zona desde el inicio de la pandemia, fue impulsada por el programa Rompiendo Distancias, que  coordina el Centro Intermunicipal de Servicios Sociales de los Valles del Trubia, entre cuyos objetivos incluyen la prevención del aislamiento y soledad que pueden padecer las personas mayores en el ámbito rural, así como la promoción del bienestar durante el envejecimiento y la interacción entre generaciones en el entorno comunitario. «Queremos ayudar a establecer vínculos y a compartir experiencias y valores», destacan las promotoras de la experiencia, que ha servido para inspirar a los escolares, pero rambién para reconocer la importancia de estas mujeres, «especialmente a las que ya son abuelas y bisabuelas, que lucharon con fortaleza y humildad, pero también con alegría, por dejar un futuro mejor a sus hijas e hijos, nietas y nietos».

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