Publicado el: 15 Oct 2022

El Nalón erosiona en la comarca 8 kilómetros de orillas

La Confederación, que invierte 1,3 millones en restaurar el bosque de ribera en Grado, Candamo y Pravia, geolocalizará 800 cantos rodados para conocer las corrientes

El río Nalón a su paso por Trubia, donde se inicia el estudio de la Confederación

L. S. N. / Grau

El río Nalón tiene 8 kilómetros de orillas erosionadas, distribuidas en más de 30 emplazamientos, entre el embalse del Furacón y El Roxico, pasado Pravia. Esta es la conclusión principal del exhaustivo estudio realizado por la Confederación, que fue presentado hace unas semanas a los concejos del Bajo Nalón, entre ellos Las Regueras, Candamo y Grado.

Los estudios se han centrado en la investigación sobre el funcionamiento erosivo y sedimentario de este tramo del río, de 35 km de longitud, así como de las características ambientales del corredor fluvial. Parte del análisis se basó en el estudio de 15 fotografías aéreas desde 1945 hasta la actualidad. También se estudiaron las avenidas del río y se analizaron los sedimentos de 24 muestras.

Los resultados han constatado que este tramo del río Nalón presenta 8 km de orillas erosivas, distribuidas en más de 30 emplazamientos, el máximo registrado desde el año 1945, y que parte importante de este desequilibrio se debe fundamentalmente a la falta de áridos. Esta erosión afecta a largos tramos donde se ha perdido la vegetación de ribera, lo que hace que el río sea en esas zonas muy vulnerable a las especies invasoras y que haya más peligro de inundaciones.

Para estudiar la vegetación se hicieron un total de 45 inventarios de flora, que han localizado más de 800 emplazamientos con presencia de especies exóticas. También se han localizado espacios en buen estado que pueden servir para obtener especies autóctonas para las intervenciones de restauración, que utilizarán técnicas de bioingeniería. Las especies autóctonas de ribera mayoritarias son las alisedas atlánticas y las saucedas blancas. “Este hábitat sufre una alta fragmentación, está ausente en numerosos tramos con erosión y en otros presenta una franja de bosque autóctono demasiado estrecha para que sea un hábitat funcional”, señala el estudio.

También se hizo un estudio de la fauna en 20 tramos, donde se localizaron colonias de nidificación de avión zapador (Riparia riparia), cuya presencia se ha geolocalizado para protegerlas de cualquier efecto negativo de las próximas actuaciones. No han aparecido colonias de mejillón de río, una especie en peligro de extinción.

El plan piloto que plantea la Confederación Hidrográfica del Cantábrico pasa por intentar restaurar los bosques de ribera, eliminando a la vez las especies invasoras. Se usarán diferentes tipologías de bioingeniería para ver cuál da mejor resultado. En total, está previsto invertir en estas actuaciones 1,3 millones de euros, con varias actuaciones ya realizadas y otras de próximo inicio: Zona depuradora de Grado, 28.877 €, realizada; Grullos (Candamo), 173.401 €, próximo inicio; San Román (Candamo), 257.097 €, realizada. Santoseso (Candamo), 173.665,0 €, próximo inicio; Meandro de Forcinas (Pravia), 423.775 €, realizada. Vega de Forcinas I Fase (Pravia), 330.420 €, próximo inicio. Se encuentran en estudio otras actuaciones, como una segunda fase en la Vega de Forcinas, con un presupuesto estimado de 400.000 €, o en la zona de Agones-Peñaullán.

Cantos rodados ‘chivatos’

Mejorar el conocimiento del transporte de sedimento en el río, que está en el origen de su situación de desequilibrio, para actuar sobre la causa del problema, es otro de los objetivos del plan piloto. Habrá dos actuaciones para analizar el sedimento y las barreras transversales que están afectando al Bajo Nalón aguas arriba, y que pueden estar en el origen del aumento de la erosión, y se establecerán las bases para un estudio a largo plazo de los sedimentos y corrientes, con la instalación de un sismógrafo y la geolocalización de 800 cantos rodados, que permitirá seguir su evolución. También se instalarán en el río 15 geófonos. Los estudios e investigaciones en marcha previstos suponen otra inversión de casi medio millón de euros.

Todos estos trabajos son financiados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, dentro de su programa de Restauración y Adaptación al Cambio Climático (PIMA Adapta agua), bajo la dirección de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, y están siendo desarrollados por la empresa pública TRAGSA con la colaboración del Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (INDUROT) de la Universidad de Oviedo.

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