La familia que levantó el teito quemado en Somiedo: «Era el mejor de la braña»

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José Díaz Lorenzo, que guarda los documentos históricos del cabanon que construyó su abuelo hace más de un siglo, lanza un mensaje de apoyo a Sofía Berdasco, «lo sentimos por partida doble, por ella y por lo que se ha perdido»

El teito de la braña de Cuérrago, antes de su destrucción
Redacción/ Grau
Jose Díaz Lorenzo guarda en su casa de Gijón los documentos históricos del teito de la braña de Cuérrago que apareció arrasado por el fuego la pasada semana. Fue levantado hace más de cien años por su abuelo. «Allá por los años 50 cuidé mucho ganado en el teito, dormíamos allí y guardábamos la hierba. Así me duele este desastre de unos desalmados», añade este somedano, que pasa temporadas en Arbellales y ha querido lanzar un mensaje de apoyo a Sofía Berdasco, ‘La vaqueirina’, la actual propietaria, que ha sufrido la pérdida. «Mucho ánimo. Lo siento por partida doble. En primer lugar por ti, que con tanto cariño y esfuerzo lograste emprender un camino no solo económico, si no también como enseñanza de los inigualables contornos somedanos. Por otro lado también siento una gran pena personal, puesto que la cabaña del Cuérrago, la edificó mi abuelo hace más de cien años. Ojalá encuentren a los desalmados y les caiga un  buen castigo pues no encuentro otra  justificación, si se puede llamar así, que la pura envidia».
Jose Díaz Lorenzo guarda los documentos de la partición de la herencia de su abuelo, realizados a pluma y que datan de 1938. Con esta partición la cabaña pasó del abuelo, José Díaz Fervienza, a la madre, Primitiva Díaz Lorenzo, «y de ahí hace 50 años a mí como herencia. Luego yo la traspasé a terceros y le perdí la pista». José Díaz destaca que la cabaña ahora quemada «era la mejor de la braña por estar en el centro y frente a la fuente y abrevadero público. Precisamente por esta situación privilegiada se libró de un gran incendio en los años 70 y este sí que fue por causas naturales (posiblemente un rayo eléctrico de una tormenta)». La cabaña se edificó en suelo público hace más de cien años, «pues entonces, hace un siglo, se permitía, por eso carece de linderos, pero sí consta su existencia».

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