El concejo acogió las I Jornadas Culturales de los Valles del Trubia, con la presentación de «La memoria del carbón» y un debate sobre proyectos culturales en el pueblo
Beatriz Álvarez/ Teverga
La Casa de Cultura de San Martín de Teverga acogió el sábado las I Jornadas Culturales de los Valles del Trubia, un encuentro en el que se dieron la mano el pasado minero del concejo, que forjó la identidad de los teverganos, y el futuro rural. Las jornadas comenzaron con la presentación del libro y el documental ‘La memoria del carbón’, que recoge testimonios y recuerdos de los teverganos que trabajaron en la mina, una investigación en torno al Pozo San Jerónimo que ha contado sobre todo con las aportaciones de los vecinos de Santianes. Además se pusieron en común diferentes proyectos culturales tanto del Valle como de otros espacios de Asturias y fuera de Asturias.
Presentó el acto una emocionada Alba Vidal Ortiz, responsable del Xiblu que ha concluido su trabajo y que expresó la necesidad de este proyecto y de dar voz a gente que no tenía voz, la gente que vivió las consecuencias directas del cierre de la minería, el shock más grande que vivió el concejo en el siglo XX. También se anunció que pronto se podrá visitar la galería tras 30 años del cierre de la minería, una obra que va a empezarse en diciembre y quiere conectar la galería con la sala de máquinas. Le tocó el turno a La Ponte del vecino concejo de Santo Adriano cuya representante habló de cierto sabor agridulce porque han aunado esfuerzo los dos concejos juntos, han trabajado juntas y luchado por este tema pero disgustada por este punto y aparte del Xiblu, cuya continuidad parece incierta.
A continuación tuvo lugar la presentación del libro con el testimonio de algunos de los vecinos a los que Alba Vidal Ortiz pidió luces y sombras de los años de minería, destacando todos ellos como luz la solidaridad que había en el pueblo con y para los mineros y como sombras, el dolor de la lucha y el dolor mismo de la minería salpicada de accidentes.
Segundo Granda Suárez, maquinista de tracción de Hullasa, su hermana Ángeles del Bar Fuxo, y su otro hermano Gerardo junto a Juan José Gutierrez contaron a los presentes el pasado de la zona, un pasado forjado por hombres y mujeres valientes que luchaban por la supervivencia de una forma de vida que era el sustento de la zona, una forma de vida que no siempre fue especialmente generosa con todos ellos y a los que dejó en la estacada en los años 90 con todo lo que supuso el cierre de la minería para Teverga. Juan Jose Gutierrez, miembro del comité de empresa, contó el sábado cómo los propios vecinos financiaban aquellas situación de estrechez económica a la que conducían las huelgas en defensa de su forma de vida. También estuvo presente la Benéfica de Piloña, todos los proyectos coincidieron en la necesidad de, desde la cultura, generar micro políticas capaces de cambiar la sociedad y transformarla, abandonar el miedo, incendiar la rabia para transformar el territorio, plantear una mirada hacia el futuro, resolver las incertidumbres financiación y crear redes con proyectos similares capaces de activar el potencial creador de las zonas.
La Benéfica es una asociación cultural que nace en 2021 que ve la cultura de manera sostenible, buscaron y encontraron un espacio en el que volcar su creatividad mejorar las narrativas en el medio rural, en el que cupiesen los proyectos culturales que se daban en la zona, dando voz y cambiando la idea de que es vivir en lo rural, generar pensamiento y cultura porque se juntan las personas para conectar con la comunidad desde una perspectiva de cuidados rompiendo con la individualidad.
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