El Ayuntamiento de Grado reúne a antiguos comerciantes que, durante años, compraban los productos de la plaza de Grado para luego vender por otros concejos
F. Romero / Grado
Una veintena de antiguos mayoristas del mercado de Grado se reunieron esta mañana en el antiguo salón de plenos de la casa Consistorial, invitados por el Ayuntamiento. Se trataba de un homenaje a la labor de estos comerciantes, que durante años llevaron los productos de Grado a Pola de Siero, a Oviedo, a Tudela Veguín y a otras zonas de Asturias. «Se lo propuse en su día a Antonio Rey cuando era alcalde pero lo fue dilatando y nunca lo hizo. Cuando se lo dije a Trabanco enseguida lo puso en marcha», explica el director de cine moscón Julio de la Fuente, vinculado siempre al mercado, ya que sus padres tenían un puesto de fabas que se vendían en toda España. También estuvo presente Miguel Ángel Fuente Calleja, presidente de honor de la Cofradía de Sabadiego de Noreña, que siempre acude al mercado dominical de Grado.
El alcalde, José Luis Trabanco, se dirigió a los homenajeados y les dijo que nunca se les había hecho un reconocimiento «por llevar fuera del mercado de Grado nuestros productos, algo que es muy importante, pero lo más importante sois las personas que lo hicieron grande». la concejala de mercados Elsa Suárez leyó en alto algunas de las anécdotas que le habían contado los homenajeados. Así de Lelo, que lo tenía sentado en frente, recordó que había estado 52 años comprando en el mercado de Grado para luego vender hortalizas en otros mercados como el de Pola de Siero o también en Tudela Veguín. Iba tanto los domingos como los miércoles. «Nos contaba que le tocaron épocas de bonanza y que por entonces llevaba él más lechugas en un día que las que llevan ahora en un mes». comentaba Elsa Suárez.
Lo cierto es que, a las seis de la mañana, los domingos estaba prácticamente todo vendido para los mayoristas, algo inimaginable hoy. El caso de Lelo es muy significativo «porque solo faltó tres veces en su vida al mercado de Grado, cuando se casó, cuando murió su madre y otra que no se acuerda» explica Calleja. El propio Trabanco relató sus recuerdos de infancia en el mercado, pues su padre también acudía a vender. «Si sacaba malas notas me mandaban a limpiar las eras de cebolletas y a cortar pencas, así que era yo el primer interesado en estudiar bien», explicó.
También hubo palabras para otra de las fieles del mercado, Laudina, fallecida en 2014. se encontraba allí también otro adicto de la plaza moscona, Cuqui, al que ya le llevaban sus padres desde los seis meses «Primero venían en tren y luego con el camión. Todos los días. Recuerdo que había en el mercado heladeros, churreras… Nosotros vendíamos en Oviedo en El Fontán y también el la residencia», dijo este comerciante jubilado. Trabanco subrayó que los productos de Grado fueron los que suministraron durante años la cocina del hospital de Oviedo. También habló Fernando, que acudía desde su infancia todos los domingos a la plaza. Luego de mayor acudía desde Sama en tren. «Era muy complicado pasar todos los cestos en el transbordo de El Caleyo a La Manjoya», relata.
El alcalde, aprovechando la presencia de Julio de la Fuente, le animó a hacer una película con todo ese material. «La verdad es que estoy emocionado, porque es como si estuviera reviviendo mi infancia en el mercado. Conocí a toda esta gente cuando era pequeño», le contestó el cineasta. Algunos recordaban con un gesto de satisfacción que en ocasiones hacían doblete y después de estar el sábado de noche en el Mayjeco, la emblemática sala de fiestas moscona, luego de madrugaba se quedaban para acudir al mercado sin pasar por casa.
El acto finalizó con la entrega por parte del Ayuntamiento a los asistentes de un pequeño obsequio, un símbolo de la capilla de los Dolores de Grado para despedirse en la plaza del Ayuntamiento con una foto «de familia».
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