Dela Álvarez trabaja hórreos, cabanas y discos célticos en el horno familiar de Valle del Lago
Manuel Galán / Somiedo
Por el verano, Dela utiliza el caseto de la familia, un antiguo horno en el que su madre amasaba y cocía pan y donde, por el invierno, continúan curando la carne de la matanza durante los Sanmartines. De hecho, a pesar del incienso, el olor a fumo y la negrura de los techos y paredes, conceden un sabor especial al espacio, la sensación de que este lugar y su cerámica forman parte de una tradición familiar. Se dedica a ello desde el año 2002 de una manera más profesional, pero cinco o seis años antes comenzó a participar en la Feria de Navidad en Oviedo.
Todo comenzó a raíz de un encargo que recibió su hermana quien le recomendó iniciarse como ceramista. Principalmente, elabora hórreos y cabanas, las construcciones típicas somedanas de los valles de Saliencia, Valle y Pornacal. También discos y platos con detalles celtas que aparecen en construcciones antiguas del concejo como arcones, paneras y hórreos. Además, elabora jarrones, dedales, muñecas, imanes y un tipo de palloza muy especial para ella, la de Ibias, población en la que vivió durante nueve años. Elabora las piezas durante el invierno, que luego cuece en un horno eléctrico.
En el proceso de elaboración, que es complejo, no usa moldes ni tornos. Es un trabajo manual para el que usa planchas o plantillas. Por eso, no hay ninguna pieza idéntica a otra. Hay siempre alguna peculiaridad que las diferencia. Es parte del proceso creativo y fruto de no utilizar moldes ni tornos. Después los decora con barros y únicamente utiliza esmalte en las piezas de cocción a baja temperatura. Se trata de barro blanco con óxidos, lo que se llama engobes. Los barros son diferentes dependiendo del tipo de cabana y se cuecen a alta temperatura, unos 1.200 grados. Sin embargo, las piezas que llevan esmalte y que se utilizan en cocina, se cuecen en baja temperatura a unos 1.000 grados. Vende su cerámica principalmente en Valle de Lago y en ferias de proximidad como las de Somiedo y Belmonte, especialmente durante el verano. Además, en las ferias ofrece talleres de barro dirigidos a los niños y jóvenes, como durante la última feria de Belmonte de Miranda.
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