Los hallazgos del equipo de espeleólogos de Isidoro Raposo fueron llevados a la capital para ser examinados hace años y nunca regresaron
F. R. G / Somiedo
Somiedo quiere que los restos del oso cavernario hallados en las cuevas del parque natural por el equipo de espeleólogos de Isidoro Raposo regresen al concejo. Esta es también una de las ideas del propio Raposo, según explica la presidenta de los hosteleros del concejo, María Rosalía Garrido Álvarez. “Cuando vuelva retomará el tema y la asociación le apoya, pues queremos que esos restos sean devueltos a Somiedo”.
Por su parte el alcalde, Belarmino Fernández Fervienza entiende que los restos estén en manos científicas para ser investigados “aunque sería estupendo que, si el lugar reúne las condiciones apropiadas para su conservación, estuviesen en Somiedo”.
Rosalía Garrido y el alcalde saben que estos restos se encuentran en Madrid, pero no excatamente en qué lugar. “En alguna Universidad”, dice la representante de los hosteleros, mientras que para Fervienza es probable que se encuentre el Museo de Ciencias Naturales.
Las cuevas que están ubicadas por debajo de los lagos de Saliencia, en Somiedo guardan un auténtico tesoro de huesos de animales anteriores a la última glaciación, hace 10.000 años. Los investigadores del grupo de espeleología suizo Nord-Vaudois presentaron en el centro de interpretación del Parque Natural los resultados de sus trabajos llevados a cabo en los últimos 30 años hace dos años.
Entre otros hallazgos encontraron
huesos de osos que vivieron hace más de 5.000 años, restos de cabras pirenaicas, linces, lobos e incluso cerdos.
Existen galerías horizontales con tramos de hasta 12 kilómetros, como es el caso de la de Cerveriz, y una profundidad de 300 metros. Extensiones como el del sumidero de CaI Mayor, de tres kilómetros de longitud y 200 metros de profundidad, y el Pozo Promedio. Cuevas que, según el equipo del que forma parte Isidoro Raposo, periodista gallego afincado en Suiza, tienen más de 40.000 años y que quedaron perfectamente selladas cuando aumentó la temperatura de la tierra y el hielo se transformó en los actuales lagos de Saliencia.
Doscientas cuevas
Raposo, un apasionado de la espeleología, descubrió en la zona unas 200 cuevas y exploró, desde 1982, varios kilómetros de galerías y ríos subterráneos. En una de ellas se descubrieron espacios naturales habitados por el oso desde tiempos inmemoriales, lo que ha facilitado que esos restos hayan podido ser estudiados por investigadores y biólogos para conocer los orígenes del oso pardo.
Años depués lo lógico es que esos restos regresen a la zona en donde fueron descubiertos, es decir, al parque natural de Somiedo, que es además una de las capitales asturianas del oso, a la que cada año acuden miles de turistas para observar a los plantígados desde los numerosos avistaderos instalados en varias zonas del parque.
La presencia de los restos del oso cavernario serían un reclamo turístico y científico más para Somiedo, y esa es una de las razones por la que se está impulsando esta reclamación.
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