Ánimo, campeona

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Plácido Rodríguez

“Seguiré con la gente que yo valoro y la que me importa. El resto no existe en mi vida”. Venero esta filosofía de vida, la filosofía de una mujer que supo enfrentarse a la muerte y logró vencerla con inteligencia y valentía. Se le acercó la parca disfrazada, en un acto cobarde, violento y machista, merecedor de una repulsa unánime, sin ambages, peros, o cualquier comentario que distraiga un ápice la atención de lo que es en esencia una agresión brutal enmarcada dentro de la violencia de género.

Después de debatirse entre la vida y la muerte, una vez estabilizada físicamente, parece que intenta hacerlo también de una forma mental, a todas luces necesaria para continuar con su vida de la mejor manera posible.Y lo hace proyectando el pensamiento en una entrevista con dignidad y elegancia, las que lleva manteniendo durante años de trabajo detrás de una barra, sabiendo marcar la distancia a la vez de mantenerse próxima con la clientela.

En sus primeras declaraciones predomina con creces la gratitud hacia todos y todas a quienes entiende la ayudaron y le dieron ánimos; sin duda tanto agradecimiento sólo es posible cuando tienes un corazón grande y bondadoso.

Supongo que sea el instinto de supervivencia, el que la ayudó en los momentos más críticos, supongo que sumado al carácter forjado a través de los años, que también hace una advertencia, diciendo que no va a tolerar que les hagan daño con dimes y diretes. Y de nuevo me solidarizo con ella y trato de darle más voz a esa advertencia, ampliar el volumen de la exhortación, para callar todas aquellas lenguas viperinas que pueda, todas aquellas lenguas que por desconocimiento, envidia, o porque simplemente se albergan en bocas miserables, tratan de tergiversar los hechos, dando cobertura con ello a la lacra machista y de violencia de género que aflora de una manera generalizada, tristemente también en esta villa de Grau/Grao/Grado.

Porque el machismo no deja de ser una fábrica de cobardes fracasados, porque educa a los hombres en la superioridad frente a las mujeres, porque muchos de esos hombres con el tiempo se frustran cuando las mujeres los superan en actitud y aptitud, y Carmen tiene ambas cosas. Ánimo campeona.

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